Una guardia pretoriana bajo mínimos. Más reducida aún si cabe. Pablo Laso depositó su confianza en unos pocos jugadores durante la segunda mitad ante el Mónaco.

Ni un errático Howard, ni Jaramaz, ni Sedekerskis jugaron ni un solo minuto tras el paso por los vestuarios. Lo del lituano es algo más comprensible ya que está reincorporándose al equipo tras permanecer un mes en el dique seco por una rotura de fibras.

Si a la falta de minutos en esos dos últimos cuartos de estos tres jugadores añades que Diop y Raieste se quedaron sin saltar a pista te quedan tan solo 7 jugadores para los minutos de la verdad. Muy pocos. 

El núcleo duro se encogió al máximo cuando el partido se estaba decidiendo en la Salle Gaston Médécin. Y es que hay que añadir que, de los otros siete efectivos, Luka Samanic tan solo jugó 4:38, lo que obligó a los otros seis jugadores a meterse una paliza entre pecho y espalda.

La guardia pretoriana de Pablo Laso ante el cuadro monegasco durante la segunda mitad estuvo formada tan solo por los dos bases –Forrest y Baldwin–, Cabarrot, un de nuevo imperial Moneke tras el paso por los vestuarios, el microondas Rogkavopoulos y Hall.

Moneke, uno de los artífices de la reacción azulgrana, avanza ante Papagiannis y Blossomgame. Efe

MONEKE, SIN DESCANSO

Contados guerreros para la batalla. Unos titanes que se metieron una auténtica minutada tras el intermedio. Los descansos de estos seis jugadores fueron mínimos. Forrest en ocasiones no tuvo casi tiempo para recuperar el aire tras salir de la pista y permanecer menos de medio minuto en el banquillo antes de volver al parquet.

Las estadísticas así lo confirman. Moneke resistió en pista toda la segunda mitad y disputó sin descanso alguno la totalidad de minutos tras el paso por los vestuarios, mientras que Forrest se quedó cerca tras disputar 18:25 minutos, Luwawu-Cabarrot 17:04, mientras que Hall se fue hasta los 15:22, Rogkavopoulos hasta los 15:10Baldwin se quedó en los 9:21.

Palizas significativas, sobre todo para el nigeriano y Forrest. Claves ambos en la remontada del equipo. Y es que el Baskonia tuvo que remar y mucho en la segunda parte para volver al partido tras una puesta en escena de nuevo de lo más tibia.

El conjunto alavés llegó al descanso lastrado por su debilidad interior. Una vez más, los pívots del rival camparon a sus anchas en la zona y lograron hacer un auténtico roto en la pintura al Baskonia.

SUPERIORIDAD INTERIOR DEL MÓNACO

Los números de la primera parte dan buena fe de ello. Los interiores del Mónaco superaban por más del doble en valoración a los del Baskonia en esos primeros 20 minutos –34 a 16–, gracias especialmente a unos entonados Jaiteh (14) y Papagiannis. Su aportación era mucho mayor que la lograda por unos desbordados pívots baskonistas. 

El griego y el francés lograron ocho puntos cada uno, mientras que Cornelie se quedó en cuatro y Blossomgamme en dos. 22 puntos en la zona para los pívots del Mónaco frente a los 15 de los del Baskonia, en donde tan solo brillaba Samanic con 10, mientras que Hall se quedaba en cuatro y Moneke en uno.

porcentajes del 90%

Sin embargo, lo más significativo era el acierto de los pívots del Mónaco. Tal fue su facilidad para anotar en la pintura que firmaron un 90% en tiros de 2 en esa primera mitad –Jaiteh (4/4), Cornelie y Blossomgame (1/1) y Papagiannis (4/5).

Al menos, el Baskonia no se rindió y en un sensacional tercer cuarto pudo volver al partido tras sellar un parcial de 16-28. En esos 10 minutos, el Baskonia logró 34 de valoración y dejó en 10 a su rival, capitaneado por unos excelentes Moneke y Forrest. 

En ese tercer periodo el nigeriano anotó 8 puntos, capturó 4 rebotes, dio una asistencia, robo dos balones y recibió 4 faltas para alcanzar los 14 créditos de valoración, mientras que el base de Alabama aportó en ese tramo 5 puntos, 2 rebotes y 2 asistencias para 9 créditos de valoración. Los líderes de un plantel encogido en el que Howard fue una pieza irrelevante.