Tras década y media compartiendo escenarios como miembros activos en el grupo Skakeitan, disuelto hace casi tres años, el guitarrista Borja Antón y el vocalista Pello Armendariz se inventaron a los emergentes Marte Lasarte, un cuarteto de rock euskaldun ecléctico ampliado con la bajista de Belako, Lore Nekane Billelabeitia, y el batería Alex Alonso, quien ha pasado por los citados Skakeitan y ETS. Su fresco debut, Ez da besterik (Balaunka), sonará este fin de semana en la primera edición del Aiara Fest, que tendrá lugar en Amurrio. "Queríamos cambiar de aires de manera natural porque no nos gusta repetir fórmulas", explica Armendariz.
Todo empieza y todo acaba. ¿Por qué lo hizo Skakeitan?
-Estuvimos casi 15 años juntos y llegó un momento que nos pareció que seguíamos por inercia. Además, empezaron a crecer varios proyectos paralelos por parte de algunos miembros y yo mismo había empezado a componer desde hacía dos años para otra historia, que acabó siendo Marte Lasarte. Fue cosa de todos, nos juntamos y pensamos que aunque estábamos bastante consolidados, vimos que no teníamos la ilusión de antes. Y crear canciones, ensayar y viajar cuesta si no tienes esa ilusión. Y estaba solo en un dos o tres sobre diez. Aún así, no acabamos a cuchilladas, al contrario.
¿Cómo y cuándo se dieron los primeros pasos de Marte Lasarte?
-Fue en ese tránsito al dar el último concierto con Skakeitan, en Astigarraga. Quedé con Borja, que tenía algunas cosas y quería seguir haciendo música. Buscamos seguir de otra manera, más relajada. Nos enviamos bocetos, más yo que él, y con dos temas suyos y seis míos hicimos el primer disco.
¿Cuándo se sumó al cuarteto la sección rítmica y cómo se eligió a Nekane y Alex?
-Fue casi seguido porque en aquella época Julen, batería de Skakeitan, estaba ya con el primer disco de Merina Gris, así que Alex, que estaba tocando con ETS, venía como su sustituto. Hicimos buena amistad y, como además, toca cojonudo, hablamos, vio las canciones que había y entró.
"Crear canciones, ensayar y viajar cuesta si no tienes esa ilusión"
¿Y cómo se convenció a Lore Nekane? Ella está a tope con Belako.
-Queríamos una bajista para hacer un grupo mixto. Y pensamos en ella porque nos mola mucho su estilo de tocar. Gracias a un amigo, que es nuestro mánager, le pasamos varias canciones que teníamos avanzadas y se las mostró. Y acabó sumándose al barco. Ella había trabajado ya con Olatz Salvador y se lo recomendó a muerte.
¿Llegaron para grabar el disco al completo porque a la composición de las canciones creo que no?
-Ella grabó seis de las canciones del disco. Hicimos el resto con bajo orgánico y electrónico, pero no tocó ella.
Ahora ya, como miembros de pleno derecho, han trabajado los cuatro ya en alguna canción?
-En la composición solemos partir de las ideas de uno, ahora mismo más de mí. Ahora estamos todavía con el directo, con unos 55 minutos de repertorio. Queremos alargarlo un poco más, hasta la hora o así. Tocamos el disco completo y metemos dos o tres temas de Skakeitan que nos molan mucho y que llevamos a nuestro terreno.
¿En esos primeros pasos y planteamientos estaba el desmarcarse, de alguna manera, de Skakeitan? Lo preguntaba porque el sonido es más rico y ecléctico ahora. No sé si debe a que uno va cambiando con los años y, por tanto, los gustos y las escuchas.
-Obvio, sí. Al final, cada disco en el que hemos trabajado significaba cambiar de aires. También en Skakeitan, no tienen mucho que ver el primero y el último. Siempre se producen saltos y hoy en día, más, porque los ritmos se aceleran mucho. Y nosotros vamos escuchando mucha música diversa aunque luego te sientes más cómodo con una u otra. No nos gusta repetir la misma fórmula y el cambio ha salido bastante natural.
El sello de la voz y las guitarras sigue ahí.
-Claro, estamos ahí Borja, y su tipo de guitarras, y yo al micrófono. En cuanto a ritmos y estilos sí hay un cambio. Por ejemplo, el uso de metales, que no son tan protagonistas. Ahora, si aparecen, lo hacen como un colchoncito, como un arreglo más.
El aroma del repertorio va del ahora muy reivindicado post punk a la electrónica, los estribillos y melodías pop, un poco de mala leche punk, algo de new wave… ¿Lo dejamos en una banda de rock?
-Bueno… Quizás rock alternativo… hacemos cosas que vienen del noise pop y lo indie de los 90, de bandas como Pixies y Pavement. Eso en nuestros temas más rockeros porque hay otros más electrónicos que tiran hacia el drum&bass e, incluso, tiempos más baladísticos con un alto contenido pop. Somos fruto de esa mezcla.
¿No se cierran a nada?
-En principio no, solo a lo que no nos gusta, que no es poco (risas). Es que pensamos en este proyecto para ser más libres a la hora de trabajar.
"Hemos atado muchos conciertos para ser un grupo novel. Haremos entre 35 y 40 conciertos al final. Es una gozada aunque sí es cierto que no empezamos de cero"
Y las letras, en las que hay imágenes positivas y otras no tanto, como en la propia vida ¿surgen antes o después de la música?
-Las letras son bastante cotidianas, hablan desde un prisma muy humano. No hemos incluido moralina alguna, son fotográficas aunque con algún mensaje crítico. Algunas veces las he ajustado después de la melodía, para que sonaran mejor porque hemos trabajado mucho la parte estética. En algunas épocas de Skakeitan metía mucha letra y al final del grupo sí incluí mucho contenido. Ahora, sin dejar de darle importancia, se busca que la letra tenga más armonía con la propia canción.
¿Les ha sorprendido la recepción del disco? Se han convertido en uno de los bandas emergentes del último año.
-Sí, la verdad. Hemos atado muchos conciertos para ser un grupo novel. Haremos entre 35 y 40 conciertos al final. Es una gozada aunque sí es cierto que no empezamos de cero. Yo sí veo que hemos dado unos pasos atrás al venir de una banda consolidada con miles de oyentes mensuales en plataformas. Ahora, hemos vuelto a la realidad, a la ilusión del principio y te ves obligado a trabajar bien y mucho porque la escena post pandemia ha crecido. Hay grupos a patadas al haberse democratizado mucho la escena, lo que nos parece de lujo. Hay más gente, más competencia, más oferta… Y si tu proyecto no pega mucho, no trasciende igual. Aunque estamos muy agradecidos de la respuesta. De hecho, vamos a tocar en las tres capitales de la CAV en fiestas y subido a Iparralde.
¿Tienen preparado algo especial para el Aiara Fest? ¿Cómo se plantean los directos, caña y caña?
-Así es, lo vivimos mucho y lo pasamos súper bien. Y lo humano también nos está uniendo mucho en los tiempos de espera antes de los conciertos. Ahora tenemos más contacto entre nosotros que al final de Skakeitan. Hacer familia es importante. El repertorio es súper divertido y estamos con ganas de completar con más canciones. Queremos seguir componiendo, haciendo más música.
¿Cómo ven este festival, tan emergente como ustedes, y con tanto artista euskaldun de peso?
-Es un lujo que haya bandas referentes euskaldunes ahí, y varias que aparecen como cabeza de cartel. Hace tiempo no ocurría así nada más que el Hatortxu Rock, por ejemplo, que era más para gente de aquí. Me gusta que los grupos referentes en los festis actuales sean euskaldunes. Haremos casi una hora de bolo en un escenario de envergadura y veremos si llegamos a tiempo de incluir una canción inédita. Nuestro concierto es un visto y no visto, algo que nos gusta, que sea breve y bueno.