Los golpes de calor son un fenómeno muy frecuente en los días de verano y son una amenaza muy clara para la salud de muchas personas. Con las altas temperaturas y el calor abrasador, hay colectivos vulnerables que son un grupo de riesgo muy claro. Y si sufren alguna enfermedad, el peligro es más que evidente.
Estas olas de calor afectan al cuerpo cuando este no puede controlar su temperatura y, en consecuencia, con graves efectos. Para saber cómo evitarlas o llevarlas de la mejor manera posible, vamos a conocer más el tema.
¿Cómo identificar un golpe de calor?
Según aseguran desde Mayo Clinic, un golpe de calor se da cuando el cuerpo humano se encuentra a una temperatura igual o mayor a 40 grados. Como resultado, la persona puede sufrir síntomas como confusiones, mareos o hasta pérdida de la consecuencia.
El sudor en exceso es otra clara señal del golpe de calor, como la piel enrojecida, dificultades para respirar, dolores de cabeza, etc. Esto pasa porque el organismo tiene que hacer un gran esfuerzo para enfriar el cuerpo.
Consecuencias y grupos de riesgo
En el caso de que una persona sufra enfermedades cardiovasculares o respiratorias, los efectos del calor son fatales: las altas temperaturas influyen en el metabolismo y la circulación de la sangre, con consecuencias negativas.
A pesar de que cualquier persona podría sufrir un golpe de calor, hay colectivos como mujeres embarazadas, personas mayores o niños que necesitan más cuidados. Por si fuera poco, algunas enfermedades crónicas pueden ir a más con las altas temperaturas.
Hidratación y alimentación, fundamentales
Dada estas situaciones, el Ministerio de Sanidad ha compartido una serie de consejos sencillos para hacer frente a las olas de calor en este verano. Una de ellas, y la más importante, es la hidratación: hay que beber agua con frecuencia, aunque no haya sed.
Del mismo modo, hay que evitar a toda costa consumir bebidas deshidratantes que incluyan azúcar, cafeína o alcohol.
Respecto a la alimentación, nada como apostar por comidas suaves para recuperar la sales minerales a base de ensaladas, frutas o verduras frescas. Y, a ser posible, cuanto menos grasas, mejor, pues generan más calor.
Medidas cotidianas para mantenerse a salvo
Existen otras medidas efectivas para hacer frente a los golpes de calor que trae consigo esta estación. Estar en lugares frescos y con sombra es de gran ayuda, al igual que refrescarse frecuentemente y estar húmedo.
Si se practica deporte, es preferible evitar hacerlo en las horas centrales del día, que es cuando más fuerza tiene el sol. Por eso mismo, es mejor salir a primera hora de la mañana o casi al anochecer, cuando el termómetro baja.
Por otro lado, vestir ropa ligera y transpirable evita que la piel se caliente y el cuerpo sufra golpes de calor. Y, siempre que se pueda, se aconseja mantener los medicamentos bien cubiertos para que no pierda sus efectos.
De todos modos, consultar al médico es la mejor solución que podemos tomar para estar alerta ante cualquier problema de salud derivado del calor extremo que podamos sufrir.